La Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición, define el término trastorno del lenguaje como el “deterioro o el desarrollo deficiente de la comprensión y/o la utilización de un sistema de símbolos hablados, escritos u otros, incluyendo la morfología, la sintaxis, la semántica y la pragmática”.
Cuando se relaciona la conducta lingüística con su sustrato neurobiológico, el modo de entender esa relación puede variar según se entiendan:
La localización cerebral.
La especialización hemisférica.
Organización jerárquica de sus niveles neurales y su interacción.
Las etapas secuenciales de procesamiento que acontecen en las estructuras, sean estas de tipo sensorial, motor o asociativo.